Crecer en familia

En los niños son frecuentes las expresiones de ira, de indiferencia, los celos, los pataleos, sus dudas e inseguridades. Cada caso es diferente y cada situación tiene una solución inteligente. Los padres pueden crear un hogar lleno de armonía donde se contagien las emociones positivas sustanciadas de amor y creatividad.

Los patrones de conducta por los que regimos nuestros comportamientos son heredados. Nuestras creencias han sido impuestas por nuestros padres, la sociedad, las normas culturales y religiosas….Hemos sido socializados en el sistema de castigo y recompensa. Tratando de ser aceptados y queridos por nuestros mayores hemos ido buscando una perfección que nos aleja de nuestro ser. No vivimos la vida que merecemos. Así comienza la desconexión de nuestras emociones.

Nuestros mayores han actuado como pensaban que era lo adecuado, para que sobreviviéramos en un mundo marcado por las luchas de poder y la competitividad. No debemos reprocharles nada, ellos lo hicieron como sabían y nosotros voluntariamente renunciamos a nuestro potencial percibiendo el mundo con sus ojos.

Seguro que recuerdas momentos en que pensabas: “Cuando tenga un hijo jamás haré esto, nunca le diré esto otro, me comportaré con él de otra manera”… Y llegado el momento te has conducido exactamente del mismo modo, expresando igualmente las mismas cosas. Todos actuamos por patrones aprendidos, y si aquella fórmula no era válida, no ha aparecido otra que la sustituya y mejore.

Conocer las emociones a través del Coaching Ontológico nos ayuda en las relaciones con nuestro entorno y con nosotros mismos. Lo más importante es no reprimirlas, sino interpretarlas.

Dado que los niños imitan los comportamientos de sus padres, es sumamente importante que TODOS los miembros de la familia participen y quieran conocerse.